Esto fue lo que me escribió un amigo hace unos días: «A las mujeres fuertes nadie las quiere. Los hombres esperan que las mujeres sean débiles y vulnerables. Una mujer fuerte es un ser despiadado o una mujer atormentada. Al final de cuentas, simplemente no es atractiva».Leí este mensaje. Suspiré. Me calmé. Lo volví a leer luchando contra un tremendo deseo en mi interior de escribirle a esa persona todo lo que pienso sobre ella, y empezando con ello una larga guerra por Internet que no hubiera cambiado nada porque cada quien quedaría con su opinión. Pero, demonios, ¡esta descripción no me dejaba vivir en paz!Escúchame, ser una mujer fuerte significa que puedo defenderme a mí misma. Significa que soy una persona completa y autosuficiente, que no dependo de nadie y soy capaz de mantenerme. Significa que tengo mi propia opinión y principios y que siempre me apego a ellos.No quiere decir que nunca pida ayuda. Lo hago. A menudo. Y esto no significa que sea débil. Significa que soy capaz de reconocer que no soy mujer maravilla y que necesito a otras personas.Ser fuerte no significa que me cierre a los demás porque piense que soy mejor que ellos. No significa que suprima las opiniones de otras personas. No significa que sea «despiadada o atormentada». Una mujer fuerte es aquella que se quiere a sí misma y a su mundo y, por lo tanto, está segura de sí, es positiva y está dispuesta a amar.Soy una mujer fuerte porque sé a ciencia cierta quién soy.Dicen que las mujeres fuertes son difíciles de amar, pero es una creencia completamente errónea. De hecho, es todo lo contrario. Una mujer fuerte es la mejor mujer que puedas amar. Tenemos una personalidad muy fuerte pero sabemos compadecer. Amamos sinceramente porque en primer lugar sabemos amarnos a nosotras mismas.Si te asusta la noción «mujer fuerte», tal vez sea porque sabes que una mujer así te hará pensar y cambiar, te hará ver el mundo de otra manera, te retará. Pero al mismo tiempo, le dejará a su pareja mostrarle otro mundo y descubrir a una nueva persona en su interior. No confundas las nociones «independencia» e «incapacidad de dejar entrar a alguien a su mundo».El mundo nos ve como una amenaza, es verdad. Es que cada vez somos «más», somos «demasiadas», somos «demasiado atemorizantes», «infelices» y «atormentadas». Pero ninguna de estas descripciones es cierta.Somos mujeres con principios que entendemos lo que somos. Las mujeres que conocemos el valor de nuestra vulnerabilidad, pasión y fuerza. Y también somos mujeres que lucharemos contra cualquier persona que se atreva a decir que debemos cambiar nuestra forma de ser a costa de todo.
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